
Flushing Meadows alza una vez más el telón para dar el pistoletazo de salida a uno de los grandes eventos del mundo del deporte: el US Open, el cuarto Grand Slam de la temporada: El US Open es Nueva York. La Gran Manzana es la sede perfecta para un megaevento que este año vuelve a romper todos los esquemas en cuanto a repercusión global y reparto de ‘prize money’. Los campeones, tanto del cuadro masculino como del femenino, se repartirán siete millones $, una de las bolsas más potentes del deporte y, sin duda alguna, la más sustanciosa del tenis.
En Nueva York este año no estará uno de los jugadores que han mantenido una mejor relación con el torneo: Roger Federer. El suizo anunció a finales de julio que sería baja para el resto de la temporada justo en el momento en el que acababa de salir al mercado la que iba a ser su ‘arma’ para el intento de conquista del US Open, la Pro Staff 97 RF, una raqueta en la que el campeón helvético había colaborado en su diseño mano a mano con los ingenieros de Wilson. Sí estarán el resto de favoritos, con Novak Djokovic, el último campeón, y Serena Williams a la cabeza. No estará tampoco Flavia Pennetta, sorprendente campeona en la última edición y que este año colgó la raqueta, seguramente consciente de que mejorar lo hecho era prácticamente imposible, algo que también hizo en su día la francesa Marion Bartoli tras ganar en Wimbledon.
El US Open, además de un enorme evento deportivo, es también un gran negocio. El torneo cuenta sus partidos por llenos y en el panel de sponsors no hay sitio para más empresas que quieren ligar su nombre al del torneo. JP Morgan, Chase, Emirates, Citizen, American Express, IBM , Mercedes Benz…la flor y nata del potente mundo empresarial americano apoyan un torneo en el que también participan clásicos del tenis como Wilson, que es bola oficial desde la década de los setenta. Desde 1881, cuando se abrió el palmarés con la victoria de Richard D. Sears, que vencería en las primeras siete edicones, el US Open ha sido uno de los mayores generadores de historias deportivas del mundo. El telón vuelve a estar abierto en unos días. Comienza el espectáculo.