
Roberto Bautista está ante su gran día. No sabemos lo que está aún por venir pero lo que sí es cierto es que hoy, viernes 12 de julio, es el día más importante de la carrera del castellonense. Se mide en la Central de Wimbledon al número uno del mundo, Novak Djokovic, al que , sin embargo, ha podido ya ganar en dos ocasiones.
Bautista no tenía que estar en Londres este viernes. No lo pensaba ni él, que tenía previstas unas vacaciones en Ibiza para estas fechas pero el tenis tiene puntos inexcrutables y seguro que el castellonense pensará que ya que ha tenido que aplazar las vacaciones, por qué no hacerlo un poco más y meterse por la puerta grande en el torneo con más tradición del mundo del tenis.
Sería la primera final de Grand Slam. En Wimbledon, la Catedral del tenis. Ni más ni menos. Bautista ha llegado hasta su primera semifinal sobre la hierba londinense tras eliminar a Pella en cuartos; Benoit Paire en octavos; Jachanov en R16; Darcis en R32 y Gojowczyk en R64. Un recorrido inmaculado hasta llegar al ogro, Djokovic.
A Bautista, el jugador de La Armada más atípico, con nueve títulos en su carrera y siete de ellos conquistados sobre superficie dura, uno sobre arcilla y el último, ya en un lejano 2014 sobre la hierba holandesa de S´Hertogenbosch le viene el partido en su mejor momento: con un gran nivel de juego , en plenitud física y con el viento a favor en las velas: comenzó el año a lo grande, ganando en Doha y esta temporada tiene un 67% de victorias en todas las superficies y un 68% en hierba aunque sólo con tres partidos disputados este año sobre esta superficie. En Wimbledon, ha incrementado ese dato hasta un parcial de 7/1.
Nada es casualidad. Si Roberto está en semifinales y es 22 del mundo es porque está en un momento de madurez deportiva. Es su hora. Y lo sabe.