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Raquetas contra el suelo por Borja Leal

El autor analiza comportamientos antideportivos como la rotura de raquetas contra el suelo

Borja Leal es el impulsor del Circuito Creciendo en Valores, proyecto heredero de UrbanTenis. En esta columna de opinión toca un tema sensible como es la educación dentro de una pista de tenis.


Algo ha cambiado. Tengo la sensación de que este maravilloso deporte ha dado un giro inesperado, que por desgracia no me gusta. Mis hijos me dicen que son las nuevas generaciones. A lo mejor me estoy haciendo mayor. Pero me niego a entender, a justificar, a aprobar conductas que últimamente estamos viendo, y lo que es peor, normalizamos.

De sobra es sabido que, en todo el deporte amateur, el espejo en el que nos miramos para aprender es el de los profesionales. Pero ¿qué está pasando con ellos?

Se ha normalizado el hecho de romper raquetas, tirarlas contra las vallas, golpearlas contra la silla del juez, o incluso insultar o menospreciar al árbitro…en definitiva, conductas antideportivas sin ningún tipo de justificación.

El tenis, como todos los deportes, dispone de unas normas y de un código de conducta que debe cumplirse en la pista. Desgraciadamente, este código se incumple cada vez con más asiduidad. Y es precisamente esta nueva generación, la que más lo está incumpliendo. Los Zverev, Medvedev, Kyrgios… gozan de una patente de corso que hacen un flaco favor al tenis.

Por un lado, tenemos la laxitud de la ATP a la hora de castigar estas actitudes. Y es aquí donde
entra la “política”, referida a las marcas, las audiencias, los sponsors…Es lamentable que deportistas de esta magnitud, con el tremendo impacto que tienen, sigan gozando de privilegios y se les siga permitiendo jugar torneos y repitiendo actitudes deplorables en cada uno de ellos.

Por otro lado, está el impacto en los jóvenes. Todas las actitudes se copian, para bien y para mal. En el último torneo de Indian Wells, sin ir más lejos, Kyrgios, no sólo machacó su raqueta contra el suelo, sino que además se dirigió a la grada y se la dió a un niño, que la mostró como un trofeo. Con mucho criterio, Roberto Carretero, que estaba comentando el partido, dijo que, si fuera su hijo, le devolvía la raqueta al jugador australiano.

Ahí es donde debemos educar en valores a nuestros jugadores, y desde las escuelas de tenis, controlar que estas actitudes ni siquiera asomen en nuestros alumnos. Éstos no deben ser el espejo, al menos en cuanto a comportamiento. Hagamos que se parezcan a los Nadales, o recemos para que esta Next Gen se replantee sus actitudes.

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