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Por qué las malas sensaciones son positivas por Vicente Cuairán

Cuairán escribe sobre las sensaciones negativas en el mundo del tenis y cómo interpretarlas

En el mundo del tenis tenemos, en general y en mi opinión, una idea equivocada respecto a lo que son realmente las sensaciones, ya sean éstas buenas o malas. La sensación (explicado de manera muy general) no es otra cosa que la reacción de nuestro cuerpo a la información que recibimos a través de los sentidos o de nuestra propiocepción y que pueden ser: externa (exteroceptiva) o interna (interoceptiva).

Todas estas sensaciones son seleccionadas, clasificadas e interpretadas por nuestro cerebro dando lugar a la percepción. Es decir, la sensación sería la detección primaria y la percepción sería la interpretación secundaria de dicha información. Por ejemplo, si estamos en una habituación y la temperatura desciende 10 grados detectaremos y percibiremos esa diferencia y en base a esa información tomaremos medidas.

Una medida inteligente y adaptativa sería, por ejemplo, la de abrigarnos.
Una medida poco inteligente y poco adaptativa sería, por ejemplo, la de quitarnos ropa o enfadarnos porque la temperatura ha descendido y no tomar ninguna medida al respecto.
Es decir, que la sensación y la percepción nos ayudan a ADAPTARNOS AL MEDIO Y A BUSCAR SOLUCIONES. Sentir frío es incómodo pero gracias a esa incomodidad nos ponemos en marcha para tomar medidas que nos protejan de una situación en la que si no hacemos nada estaríamos en peligro.
Por lo tanto, y de acuerdo a esto podemos decir que la mala sensación ES POSITIVA porque nos ayuda a adaptarnos y a buscar soluciones que nos protejan.

Y en pista, ¿tienen la misma función las malas sensaciones? La respuesta es SÍ.
No sé en qué momentos comenzamos a demonizar las malas sensaciones y a promover la idea de que eran algo malo y a evitar (cuando lamentablemente son inevitables y ¡menos mal que lo son!)

Cuando aparecen las malas sensaciones en pista no me están diciendo “Que malo eres, no saber jugar, eres malísimo”. Eso te lo estás diciendo tú mismo. Cuando aparecen las malas sensaciones lo que realmente no están diciendo es “HAY QUE ALGO QUE TENEMOS QUE SOLUCIONAR o A LO QUE NOS TENEMOS QUE ADAPTAR” ya sea ésta de tipo interno (como una inadecuada focalización) o de tipo externo externo (como la pista, la bola o el rival, por ejemplo).

En lugar de utilizar esa mala sensación como lo que es, información muy útil para nosotros lo que hacemos en enfadarnos, molestarnos y maldecir a la mala sensación que, de acuerdo, es incómoda, pero lo es porque si no… ¡No te enterarías de que hay ALGO QUE CAMBIAR o A LO QUE ADAPRATARSE!.

Si sentir frío no fuera incómodo no harías nada para abrigarte porque esa incomodidad es la que te mueve y hace que te pongas el abrigo. Pero nosotros hacemos en pista justamente lo contrario. Sería como sentir frío y ponerte a gritar “¡pero por qué hace este frío, quiero sentir calor” para después salir a la calle desnudo en pleno invierno. Probablemente solo conseguiremos incrementar la mala sensación porque no hemos sabido comprender lo que nos estaba diciendo, que no era otra cosa que “abrígate”.

En pista pasa exactamente lo mismo, cuando tenemos malas sensaciones, toda esa incomodidad lo que te está diciendo es “hay que buscar alguna solución o hay que adaptarse en algo”. Puede ser que te esté diciendo que estás muy separado de la bola, que estás demasiado focalizado en no fallar, que prestes atención al viento, que estás acelerando demasiado la bola porque estás en altura o que tienes que acelerar más la mano porque estás en tierra y a nivel del mar. Cada mala sensación tendrá su adaptación
y solución concreta.

Y a veces, a pesar de buscar mil cosas, la sensación permanecerá y seguirás “sintiendo
frío” y tendrás que jugar con esa incomodidad.

Lo que es seguro es que enfadándote y maldiciendo a la incomodidad que produce esa mala sensación lo único que vas a conseguir es aumentar la incomodidad y la mala sensación porque no estás sabiendo entender lo que te está diciendo.

Así que dejemos de ponerle esa mala prensa a las malas sensaciones y comprendamos que, lejos de querer fastidiarnos el partido o el entreno, lo que están haciendo es ayudarnos a encontrar la manera de solucionar o adaptarnos a la situación.

Pero únicamente conseguiremos comprender las sensaciones de una manera inteligente y adaptativa si sabemos comprender lo que realmente son y comprender su incomodidad asociada.

Las malas sensaciones son definitivamente algo muy positivo y que nos da la oportunidad de buscar soluciones y adaptarnos ya sea interna o externamente a la situación que estamos viviendo.
¡Y comprender eso nos hace tenistas más competitivos e inteligentes en pista!

Vicente Cuairán.
Psicólogo especialista en rendimiento humano y deportivo.
Director de Academia de titanes
www.academiadetitanes.es
@adtitanes / @vicentecuairan

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Un comentario

  1. Muchas gracias por el artículo Vicente me ha sido de gran ayuda, comparto tu opinion. Me gustaría preguntarte una cosa relacionada con el artículo para saber tu opinión.
    ¿Como afrontarías las malas sensaciones de una lesión o problema físico y que conclusiones sacarías de esas sensaciones?
    Muchas gracias por tu dedicación

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