
Dani Gil es entreador de tenis y director de Focus Academia de Tenis. En este artículo reclama memoria, paciencia y respeto en el deporte.
Hace unos pocos días Rafa Nadal ganaba su 14 Roland Garros, pero previamente en este mismo año había ganado el Open de Australia en una final épica, el Atp 250 de Melbourne, el ATP 500 de Acapulco y perdió la final de Indian Wells por una lesión en la costilla.
Viendo esto sería muy sencillo y obvio decir que este año sólo se habla del tenista de Manacor, de sus grandes logros después de superar un año de lesiones, ya que este hecho en si es una auténtica barbaridad al alcance de unos pocos elegidos. Y por supuesto porque estamos hablando del mejor deportista español de todos los tiempos y merece como ídolo de masas que es, que se ensalce su gran temporada.
Pero no, esto no ha sido así… este año se ha confirmado lo que muchos veíamos venir pero que ha sorprendido por su precocidad, Carlos Alcaraz. Este fenómenal jugador ha hecho que Rafa Nadal pase a un segundo plano y que gran parte de la sociedad ya diera por enterrado al balear, pero ¿Cómo es esto posible?
No paro de ver innumerables ejemplos de esto en cualquier deporte, y si este tiene mayor repercusión mediática peor. Este mismo año se dijo que Carlo Ancelotti estaba acabado y sonaban varios entrenadores para sustituirle después de perder 0-4 en casa contra el FC Barcelona, pero esto es de locos!. Por perder un solo partido los medios de comunicación ya querían echarlo y bueno, qué decir de la temporada que ha hecho el Real Madrid.
En el máximo rival, un equipo que había perdido su identidad fichó a Xavi Hernández, a las pocas semanas de llegar debido a los buenos resultados ya lo estaban comparando a Guardiola que lleva años y años demostrando ser uno de los mejores del mundo. En cambio al cosechar unos malos resultados todo esto cambia de nuevo…
Ricky Rubio estaba siendo uno de los jugadores más destacados en la NBA además de ser el mejor jugador español del momento de Baloncesto, pues bien… se lesionó de la rodilla para 8 meses y ya nunca más se habló de él, ni si quiera para mostrarle apoyo.
Vivimos en una sociedad que va muy rápido, que cada vez se valora menos el proceso y que sólo quiere inmediatez. Esto debemos pararlo, tenemos que cuestionar este tipo de actitudes o comentarios porque perjudican a nuestra industria sobre todo a la sociedad. No caigamos en estos sensacionalismos y gastemos nuestros tiempo en explicarles a alumnos y padres que estas cosas no deben ocurrir, hagamos entender lo importante del respeto, del trabajo y de la memoria para tener generaciones de chavales que no se frustren si no consiguen sus objetivos en poco tiempo. Me gustaría una sociedad que valore el trabajo, la constancia y que por supuesto, sí tenga memoria.