Las obsesiones de Rafa Nadal by Jorge Mir

Jorge Mir, director de tenis del RC Jolaseta, vuelve a escribir en industriadeltenis.com. En esta ocasión, se fija en a forma en la que Rafa Nadal afronta todos los puntos de un partido. Esta es su reflexión.

Estoy viendo jugar a Nadal y durante un largo rato solo estoy fijándome en su cara y sus ojos y veo una cara que no sonríe, seria, unos ojos hundidos y con una mirada perdida en su mundo interno. Creo que Rafa en su
mente tiene una idea, una palabra o una imagen fija o permanente y se encuentra dominado por ella.

Resumiendo, Rafa Nadal es una persona obsesiva jugando al tenis.
Se ve en su obsesión por entrenar y seguir mejorando en cada golpe, en estar activo todo el partido demostrando que nunca va regalar una bola a su rival, que no la va a fallar.

Se puede ver también en su obsesión por demostrarse a sí mismo que puede con todo, que una derrota puede ser otra oportunidad, que no hay lesión de la que no pueda mejorar.

Se percibe, además, en su obsesión por no perder el orden en la pista, manteniendo la misma cara todo el partido, jugándolo como si fuera la final y buscando reconocimiento en su equipo.

En definitiva, Nadal tiene una única obsesión que genera las anteriores y es no defraudarse a sí mismo, no defraudar a su mente, y esa es la diferencia entre los que llegan a lo más alto y el resto.

Nadal es obsesivo con su tenis, lo ha ganado todo, pero quiere mucho más, en este caso, quiere otro Roland Garros.

La obsesión pese a su connotación negativa es un motor muy potente para nuestro comportamiento, se ha demostrado a lo largo de la historia en otras disciplinas como el arte y la ciencia, en el deporte, por tanto, cuando también se encuentra presente junto con talento, buena técnica, buen físico y buena mente, nos encontramos con casos como el de Rafa Nadal que no se deja de superar pese a todas las circunstancias que hacen que conseguirlo sea difícil.