
La Real Academia Española define la tiranía como: “Forma de gobierno en la que el gobernante tiene un poder total o absoluto, no limitado por una leyes, especialmente cuando lo obtiene por medios ilícitos o abusa de él”.
Si llevamos esta definición al mundo del deporte podemos concluir que el resultado (cuando ejerce una poder total o absoluto sobre nosotros) es el tirano y nosotros somos el sujeto sobre el que el tirano (el resultado) abusa de manera ilícita.
Tenemos que replantearnos la sociedad en la que nos estamos desarrollando. Es más, deberíamos hacer “reset” y empezar de nuevo porque hemos perdido totalmente el control.
Vivimos en una sociedad psicotizada por alcanzar un resultado que defina nuestra valía como individuos y que nos permita de manera externa confirmar o no nuestra bondad.
Y la causa del problema no está en las personas que se sufren dicha tiranía. La causa del problema está en unos valores fomentados a través de las masas y medios de comunicación que se empeñan en ensalzar como si de un héroe se tratara a aquellos que alcanzan algún tipo de resultado y de denostar, humillar y machacar a aquellos que por el motivo que sea sufren algún revés o algún resultado adverso tratándolos como si fueran villanos o gente que no merece todo el respeto.
Y claro, a base de repetir una y otra vez el discursito terminamos por interiorizarlo y creérnoslo y casi de manera automática terminamos por utilizar como única vara de medir ese numerito en forma de ranking, ese trofeo o esa victoria con todo lo que ello supone en nuestra autoestima, autoconcepto, confianza…
Y es que… si lo que yo soy depende de algo que no depende de mí, como es el caso del resultado. ¡Como voy a conseguir vivir en paz y tranquilo! Si mi valía y lo que soy está definido por algo que no puedo controlar.
El resultado es un tirano con el que no tenemos que conversar y al que tenemos que acallar y mandar a paseo.
Y, ojo, que no digo que no sea oportuno establecerse algún tipo de deseo en forma de resultado. Todo lo contrario, creo que desear alcanzar cosas es algo positivo y sano. Y felicitarte cuando consigues aquello que deseas también lo es (pero sin venirse arriba cuando lo consigues ni hundirse cuando no).
El problema viene cuando del deseo pasamos a la necesidad y el resultado pasa de ser algo que deseo alcanzar a algo que necesito conseguir para poder sentirme una persona válida y competente y que define si puedo o no sentirme satisfecho conmigo mismo.
Si deseamos, los resultados me parece bien si los necesitamos ya no. Porque justo en ese momento el resultado se convierte en nuestro tirano.
Ninguno de nosotros somos aquello que conseguimos. Todos nosotros valemos por aquello que hacemos. Es decir, por todo el esfuerzo que ponemos que las cosas que queremos conseguir (lo consigamos finalmente o no).
Valemos por todas las renuncias que hacemos por alcanzar nuestros deseos y por todo el trabajo silencioso y no silencioso que hacemos día a día por convertirnos en el jugador y la persona que queremos ser.
Porque eso sí depende de nosotros. Porque eso sí lo podemos controlar y porque eso es lo más justo que podemos hacer con nosotros mismos. Querernos por todo lo que hacemos y no por lo que conseguimos.
Porque lo sano es vivir sin el miedo a no conseguir aquellos que deseamos. Porque aceptamos que nuestros sueños a veces se consiguen y otras veces no pero siempre se trabajan. Y cuando trabajas tus sueños ¿qué te puedes echar en cara?
Si acepto que los sueños no siempre se puede conseguir ¿Por qué debería tener miedo a no conseguirlo? Si tengo toda mi atención en trabajar, esforzarme y pelear cada día por aquello que quiero. Sabiendo, además, que eso lo que me hace una persona acojonante.
Así que la sociedad tendría que mandar al tirano al olvido. Hacerle entender que sus abusos se han acabado, que no pensamos entrar más en ese trapo y que los resultados no van a determinar nunca más lo que valgo o dejo de valer.
Yo valgo por lo que trabajo, por lo que lucho y por lo que me esfuerzo y da igual lo que consiga luego porque siempre me podré quedar con la satisfacción de haber hecho todo lo que podía.
Y esa… ¡es la mejor manera de mediar mi valía!
¡Yo soy la leche por lo que hago, no por lo que consigo! Repítetelo un millón de veces hasta que lo interiorices de tal manera que solo pueda existir esa idea en tu cabeza.
Vicente Cuairán.
Director de Academia de titanes
Empresa especializada en el entrenamiento de jugadores de tenis.
www.academiadetitanes.es
@adtitanes / @vicentecuairan
1 millón de gracias Vicente por tu publicación….me ayuda infinitamente leer ese texto tuyo, en mis momentos de debilidad y me da muchas fuerzas para seguir adelante…1 millón de gracias de nuevo por tu ayuda. ..pienso en tus palabras y eso es mi impulso para seguir luchando, cuando me siento derrotada…1 millón de gracias de nuevo…q chute de ánimo me has dando con tus palabras…no sabes cuanto!!!
1 millón de gracias Vicente por tu publicación….me ayuda infinitamente leer ese texto tuyo, en mis momentos de debilidad y me da muchas fuerzas para seguir adelante…1 millón de gracias de nuevo por tu ayuda. ..pienso en tus palabras y eso es mi impulso para seguir luchando, cuando me siento derrotada…1 millón de gracias de nuevo…q chute de ánimo me has dando con tus palabras…no sabes cuanto!!!…..sigue animando así , CAMPEÓN!!!!