
Por José Miguel de la Cruz. Doctor en Ciencias del Deporte y CEO de JCRSports






¿Qué debemos hacer antes de empezar una programa de preparación física específica para tenis? ¿En qué punto se encuentra el jugador y hacia dónde debo dirigir su planificación deportiva? Estas preguntas deben surgir siempre en la mente científica de un buen preparador físico. Conocer los objetivos de entrenamiento, el punto de partida del jugador, sus puntos fuertes y débiles, sus fases sensibles de desarrollo físico y los objetivos de rendimiento a alcanzar en la temporada se convierten en pautas clave para mejorar las prestaciones del jugador en competición.
Hoy hablaré sobre la importancia de la evaluación del proceso de entrenamiento y que tanta falta hace introducir en los programas de preparación física para que el jugador de tenis pueda conocer su estado de forma y su evolución a lo largo de la temporada. Controlar el proceso nos permitirá estar más cerca del éxito.
Diferentes autores hacen algunas aportaciones importantes sobre este tema:
a) La valoración de las capacidades físicas en los tenistas, como mecanismo de control de su evolución, podemos realizarla mediante la aplicación de pruebas generales, semiespecíficas y específicas que nos aporten datos sobre el estado de forma del jugador (Ortiz, 2004).
b) La evaluación debe formar parte esencial del proceso de entrenamiento y debe ser incluida dentro de la planificación anual. Además, debemos medir de la forma más objetiva posible las principales cualidades físicas de las que depende el rendimiento en tenis. Para ello, los test deben ser fáciles de realizar, rápidos, fiables, en pista, con poco material, estandarizados para poder compararlos con referencias específicas por edad, nivel y género y realizarlos con una periodicidad razonable (Aparicio y Renes, 2016).
c) La evaluación de varios aspectos de entrenamiento debe ayudar a obtener una visión más integral de la relación dosis/carga-respuesta/efecto de los deportistas en el proceso de entrenamiento. Las razones de este interés están dadas en la necesidad de individualizar los entrenamientos para mejorar losrendimientos, disminuir los riesgos de lesión y el equilibrio muscular
(Lacome, Simpson y Buchheit, 2018).
Estos test de evaluación deberán repetirse de manera periódica a lo largo de la temporada para comprobar el nivel de consecución de los objetivos propuestos. Conocer las adaptaciones que se producen en los jugadores nos permitirá reconducir la planificación y reajustar los objetivos. Recordemos que planificar en tenis es complejo por el funcionamiento de la competición pero cuanto mayor sea el control, menos aspectos estarán abocados al azar.
Todo cobra sentido cuando tenista y entrenador/preparador físico saben dónde están y dónde quieren llegar. Implementemos este control físico sobre el jugador para que sea partícipe de su mejora y sus futuros éxitos deportivos.
Bibliografía:
- Aparicio, JA. y Renes, VM. (2016). Las cualidades físicas en el tenis y su
entrenamiento. Madrid: Tutor. - Lacome, M., Simpson, B. y Buchheit, M. (2018). Monitoring training status
with player-tracking technology: still on the road to Rome. Aspetar Sports Med
J, 7, 54-63. - Ortiz, R. (2004). Tenis: potencia, velocidad y movilidad. Barcelona: Inde.