Chema Buceta , receta remedios contra el ‘virus del acomodamiento’ en el Club de Empresas de Ciudad de la Raqueta
«El éxito, ausencia de nuevos objetivos, falta de amenazas; desvío hacia nuevos temas; miedo a crecer; pereza, pánico al fracaso…» el listado de circunstancias que pueden llevar a una persona en el deporte o en el mercado laboral a acomodarse y dejar de crecer son casi innumerables. ¿Acomodarse o seguir creciendo? Ese fue el tema que puso encima de la mesa Chema Buceta en un nuevo acto del Club de Empresas creado por Ciudad de la Raqueta y que en apenas tres meses de vida ha acogido los relatos del Mago More, el ex baloncestista José Luis Llorente y ayer, Chema Buceta, ex seleccionador español de baloncesto, ex responsable del gabinete de psicología del Real Madrid y actual seleccionador británico.
Buceta trasladó con pasión y gran capacidad de comunicación a un auditorio numeroso y formado por empresarios, sponsors de Ciudad de la Raqueta, deportistas y periodistas, su visión de una realidad como es la del ‘acomodamiento’ en diferentes facetas de la vida, «una realidad invisible al principio, como un virus que es casi indetectable en sus primeras etapas«. Aseguró que «acomodarse no es lo mejor que se puede hacer si se quiere crecer». Buceta, hombre con una trayectoria dilatada en el deporte al máximo nivel, añadió que «en la competición de élite, la diferencia entre el éxito y el fracaso está en los pequeños detalles».
Apasionado de su profesión, Buceta ,envió un mensaje meridiano. «Hay que buscar nuevos retos y nuevas fórmulas para que, en muchas ocasiones, el resultado final sea el mismo» y advirtió que «cuando una organización se acomoda se pierde iniciativa, interés y el crecimiento baja». También alertó sobre el peligro que supone «que la sociedad actual está educando para el acomodamiento, con una generación de chicos muy sobreprotegidos, que saben que siempre tienen una red debajo»
Buceta también dejó un aviso para navegantes cuando afirmó que, en el mundo del deporte, «los entrenadores se han convertido en mandos intermedios» y terminó su charla lanzando un alegato: «Hay que entrar en el corazón de las personas». Palabra de sabio.
