7 Claves para planificar tus objetivos en 2021 por Vicente Cuairán



2020 nos ha enseñado que a veces el contexto (como la pandemia mundial que estamos viviendo, te puede trastocar todos los objetivos que te habías planteado.
No obstante, eso no nos tiene que parar para que en 2021 volvamos a pensar y planificar cuales son los retos que queremos alcanzar a lo largo del año porque puede volver a pasar que los planifiques y haya algo que te impida alcanzarlos, pero si no los planificas… ¡Ten
por seguro que no vas a conseguir nada de nada! Por lo tanto, pase lo que pase, merece la pena que planifiques también tus objetivos este
año 2021.
En este primer post del año quiero daros 7 claves que yo utilizo cada año y que me ayudan a pensar y planificar aquellos desafíos que quiero conseguir a lo largo del año.
Lógicamente algunos los consigo y otros no los consigo (ya hemos dicho que pueden pasar cosas externas a nosotros que nos lo impidan) pero lo que es seguro es que en absolutamente cada uno de ellos pongo todo lo que depende de mí para tratar de alcanzarlos.
CLAVE 1. PIENSA EN OBJETIVOS QUE TE MOTIVEN… ¡A TÍ!
No te dejes arrastrar por las modas y hagas aquello que te dicen los demás que tienes que hacer. Tus objetivos son tuyos y te pertenecen y tienen que ser algo que realmente te motive a ti.
Que te motive no significa necesariamente que tengan que estar relacionados con el placer. Pueden estar relacionados con algo que no te gusta pero que sabes que necesitas hacer, es decir, por una motivación de deber. ¡Y las dos son muy importantes!
Un ejemplo de motivación de placer sería: “voy a salir a comer a 2 restaurantes nuevos cada mes”. (Como a ti te gusta salir a comer este objetivo estaría relacionado con el placer)
Un ejemplo de motivación del deber sería: “Ir tres veces a la semana al gimnasio durante al menos una hora cada día”. (A ti no te gusta ir al gimnasio, pero sabes que es bueno para tu salud. Aquí la motivación no tiene que ver con el placer sino con el deber)
Así pues, investiga y plantéate cuales son los objetivos que realmente te motivan a ti y por los que quieres trabajar. Esto es clave puesto que si realmente no te motivan lo más probable es que abandones la mayor parte de tus objetivos de deber que son los que más trabajo y empeño te van a llevar.
¡Y eso no te interesa!
Una buena pregunta que te puedes hacer para saber el grado de motivación que tienes respecto al reto/objetivo/desafío que te plantees es: ¿Para qué lo quiero? Si encuentras una respuesta clara a esa pregunta y se identifica contigo sabrás que es un objetivo motivador para ti.
CLAVE 2. DIVIDE TUS OBJETIVOS POR ÁREAS Y… ¡ESCRÍBELOS!
Otro aspecto importante a la hora de planificar tus objetivos es saber con qué área lo identificas.
Agrupar tus desafíos del año en diferentes categorías te ayudará a entender que parcela de tu vida quieres mejorar.
Por ejemplo, yo divido mis retos del año en cuatro categorías: 1. Pareja/Familia, 2. Trabajo,
3. Placer y 4. Salud/Estado físico.
Lo sé, no son categorías muy originales… Pero a mi me ayudan a tener una visión global muy efectiva de como quiero que sea mi año.
Puedes dividirlo en estas mismas categorías o crear tantas otras categorías como creas necesario. Otro aspecto ¡muy importante! es que los escribas. En un papel, en el ordenador, en una cartulina, en un PowerPoint… como tú prefieras. Cuando quedan por escrito quedan mejor
fijados. También es importante que estén en algún sitio en el que sean fácilmente visibles para que puedas recordarlos y revisarlos una y otra vez.
CLAVE 3. ENÚNICALOS EN POSITIVO.
En la vida podemos movernos para conseguir o a evitar. Normalmente cuando nos planificamos los objetivos en negativo lo que nos estamos diciendo a nosotros mismos es lo que queremos evitar. Esto no ayuda mucho porque genera más bloqueo y hace que las cosas salgan (mucho más a menudo) peor de lo que esperamos porque nuestro foco está en lo que no queremos que pase.
Cuando planificamos objetivos en positivo lo que hacemos es lo contrario, nos decimos lo que queremos conseguir y así nuestro foco se dirige hacia las oportunidades, lo que va a hacer que provoquemos muchas más cosas y tengamos más oportunidades de conseguirlo.
Un ejemplo de objetivo enunciado en negativo sería: “No quiero que el miedo a la hora de jugar me haga perder ranking” o “No quiero que la pereza haga que no vaya al gimnasio”.
Un ejemplo de objetivo enunciado en positivo sería: “Pase lo que pase este año quiero ser un jugador valiente para conseguir mantenerme en mi ranking” o “Este año me voy a convertir en una persona tenaz para ir al gimnasio de manera regular”. Como ves, la diferencia entre una y otra es abismal y aunque en ambas lo que se pretende es lo mismo, cuando lo decimos de manera positiva hacemos que la probabilidad de conseguir sea mucho mayor porque lo planteamos en términos proactivos en los que trabajamos para provocar lo que queremos conseguir y no en evitar.
CLAVE 4. HAZ QUE DEPENDAN EXCLUSIVAMENTE DE TI.
Es tu reto, es tu objetivo, es tu desafío por lo tanto debe ser algo cuya consecución dependa exclusivamente de ti. Si haces que dependa de los demás lo más probable es que no lo consigas o que si lo consigues no tengas el control.
¡A ti lo que te interesa es poder controlarlos y hacer que depende exclusivamente de ti! Tienes que aprender a diferenciar lo que es el deseo (que suele ser externo a ti y no controlas) y lo que es el objetivo, reto o desafío (que es lo que debe depender de ti y controlas).
Por ejemplo, te puedes plantear lo siguiente: Quiero ser top 100 de España a final de año (esto es el deseo, que no depende exclusivamente de ti ni lo puedes controlar en su totalidad) y para ello voy a entrenar 5 días a la semana 3 horas cada día. Voy a hacer 2 horas de físico al día y 3 de entrenamiento mental semanal. Voy a cuidar mi dieta con un nutricionista y me voy a acostar todos los días a las 23 horas para dormir entre 8 y 9 horas al día (estos serían los objetivos que si dependen de ti y que puedes controlar en su
totalidad).
Otro ejemplo sería: Quiero hacer nuevos amigos (esto es el deseo, que no depende exclusivamente de ti ni lo puedes controlar en su totalidad) y para ello durante todo este año voy a salir 2 veces a la semana a actividades que realice el club de amigos, voy a proponer
quedadas con ellos los sábados y voy a tratar de ser más amable, más empático y hablador (estos serían los objetivos que sí depende de ti y que puedes controlar en su totalidad)
Así pues, aprende a distinguir qué es deseo (que no depende de ti) y qué es realmente objetivo, reto o desafío que quieres planificar (que sí que depende exclusivamente de ti) y céntrate en él al 100%.
CLAVE 5. ESPECIFÍCALO DE MANERA AJUSTADA.
Tienes que “meterte” esta regla en la cabeza: “Cuanto más específico y más claro sea el objetivo, reto o desafío mejor tu cerebro”. Así pues, ¡se lo más concreto que puedas! ¡Cuánto más mejor!
Un ejemplo de objetivo poco específico sería: “Quiero mejorar mi ranking”. A este objetivo le faltan muchas preguntas: ¿Cómo lo vas a hacer?, ¿En cuánto tiempo lo quieres conseguir?, ¿Cuánto ranking quieres mejorar?, ¿A qué vas a tener que renunciar?, ¿Cuentas con la ayuda de alguien?, ¿Qué vas a hacer de manera concreta para conseguirlo?… Un ejemplo de objetivo específico sería el que vimos en la clave 4 (Vuelve a la clave y revísalos, cualquiera de los dos te puede valer) Así que recuerda, cuando más claro y específico mejor para tu cerebro.
CLAVE 6. QUE SEA RETADOR PERO REALISTA.
Frases como “si lo puedes soñar lo puedes conseguir” o “sueña con lo imposible” han hecho mucho daño. Este tipo de frases lo único que consiguen, casi siempre, es que perdamos nuestra confianza, que nos desmotivemos y que terminemos abandonado nuestros objetivos.
Sé que es muy tentador pensar en ir a por lo imposible pero la realidad es que es muy poco efectivo. Grábate esta idea: “Los objetivos tienen que ser realistas pero retadores”. Es decir, tienen que estar por encima de tus posibilidades actuales, pero dentro de una realidad.
Por ejemplo, si estoy 500 de España, pasar en un año a ser top 10 de España es realmente muy poco probable y por lo tanto es tan retador que al ver que están muy lejos acabes abandonando. Y por mucho que lo soñemos las probabilidades de conseguirlo son realmente muy bajas. En este caso “soñar con lo imposible no va a hacer otra cosa que hacernos abandonar y destrozar (probablemente) nuestra autoestima.
Un objetivo retador pero realista sería pasar del ranking 500 al 300 de España (evidentemente en cada caso será diferente, es solo un ejemplo) y luego el jugador podrá conseguirlo o no, pero, de inicio, parece un objetivo que está dentro de la realidad del jugador y que supone un reto para él, con lo que cumpliría las dos condiciones. Lo que supondrá que la probabilidad de abandono sea muy baja y que la confianza y autoestima del jugador sea mucho más alta.
CLAVE 7. QUE TENGAS A TU DISPOSICIÓN LOS RECURSOS PARA ALCANZARLOS.
Tener los recursos para conseguir los objetivos, retos o desafíos que te plantees es fundamental. Sin ellos, será imposible que los puedas conseguir. Vamos a distinguir entre dos tipos de recursos: Externo e internos. Los recursos externos serán principalmente: el tiempo y el dinero.
Si quieres ser top 100 de España será muy probable que necesites una provisión de fondos para pagar al entrenador, cordajes, raquetas, viajes, torneos… Y además tiempo para poder ir a los torneos, para ir a entrenar…
Si quieres adelgazar 15 kilos también será muy probable que necesites una provisión de fondos para pagar el gimnasio, ropa de deporte, zapatillas… Y tiempo para poder hacer el ejercicio…
Si no dispones de tiempo y dinero para trabajar en tu objetivo, reto o desafío será realmente difícil que lo consigas y deberás reajustarlos a los recursos que tengas.
Los recursos internos serán principalmente los que dependen exclusivamente de ti, principalmente: energía, disciplina, perseverancia, renuncias… Si quieres ser top 100 o quieres adelgazar 15 kilos vas a tener que hacer renuncias, vas a tener que ser disciplinado, perseverante y dedicar una energía para conseguirlo.
Por lo tanto, es muy importante que sepas con qué recursos cuentas (tanto internos como externos) porque eso también va a determinar como debe ser el objetivo que te planifiques. Si no estás dispuesto a renunciar a salir los fines de semana con tus amigos, no quieres
entrenar 5 días a la semana, no quieres poner toda tu energía en cada entreno o no tienes el dinero para ir a un torneo cada semana igual no es muy realista que te pongas el objetivo de ser 100 de España.
De la misma manera, si no estás dispuesto a dedicar 3 días a la semana para ir al gimnasio, no tienen 6 horas libres en tu agenda o no estás dispuesto a renunciar al donut del desayuno igual no es muy realista ponerte el objetivo de adelgazar 15 kilos. Así pues, ajusta tus objetivos, retos y desafíos a los recursos internos y externos de los que dispongas.
Para terminar y fuera de carta quedaría un último recurso que sería el de REVISAR, REVISAR y REVISAR. Revisa tus retos, objetivos y desafíos de manera constante.
Al menos una vez al mes, revisa como estás progresando en tus objetivos, retos y desafíos.
Si la cosa va bien, sigue trabajando y no toques nada.
Si ves que hay alguna cosa que no está funcionando busca la manera de corregirlo y mejorarlo.
Y no te preocupes si en algún momento te desvías del camino. Los aviones lo hacen constantemente y terminan llegando perfectamente a su destino.
Lo importante es que en tus revisiones seas consciente de como y cuanto te estás desviando para que puedas hacer las correcciones que te permitan volver al camino.
Así que ya solo te queda una cosa por hacer, ¡ponerte manos a la obra y planificar tus objetivos!
¡Que disfrutes alcanzando tus retos, objetivos y desafíos!
Vicente Cuairán
Sígueme en: @vicentecuairan y en @adtitanes (twitter, facebook e instagram)
Director de Academia de Titanes – Empresa especializada en el entrenamiento mental de jugadores de tenis.
www.academiadetitanes.es