
Lorenzo Quiles es presidente del CD Saladar
Por allá, en la costa levantina, cerca de la ciudad de Valencia, colonia de aquellos romanos que la fundaron, ocupada después por los musulmanes, y mientras Jaime I batallaba su reconquista, también se fraguaba algo distinto que olía a salobre y se separaba del mar. Una laguna costera tomó el paraje para dar cobijo a esa vegetación acuática distinta, y para dar descanso a tantas aves migratorias. Quizás nuestra albufera escogió con mimo el lugar, lejos de temer mareas y acomodarse de otra manera al clima cálido de esta tierra.
Quizás ¿Por qué no? también sabía que en ciernes había una ilusión, un sueño al que acercarse, y que se convertiría en proyecto para nacer en 1973. Nuestro SALADAR asomó por aquel entonces, a la vez que Pink Floyd sacaba su obra maestra o Buñuel ganaba el Oscar.
Desde el mar hasta Silla, enlazados con ella está nuestro Club, vinculados a través de nuestro embarcadero y el canal para salir a visitarla. Y ella también nos mira, y nos reconoce como vecinos desde hace ya cincuenta años. Nos ha visto crecer como lo que somos, una familia, un Club social que se ha hecho mayor, que se ha consolidado gracias a la gente, y a generaciones entusiastas de la naturaleza y el deporte.
Hoy contamos con una infraestructura de instalaciones deportivas envidiable en este paraje natural, somos un Club Deportivo y social referente en la comunidad valenciana, compartimos todos los deportes con el resto de las entidades, pero guardamos con sigilo un misterio impenetrable que tan solo se conoce cuando se forma parte del SALADAR.
Tenemos proyectos que abordar, estamos creciendo en valores y un futuro muy prometedor. A pesar de que Clubs como el nuestro sufren para subsistir como consecuencia del auge y evolución de otros modelos, nos sentimos fuertes para reforzar nuestra identidad y distinguirnos.
Vamos a seguir trabajando en todo ello con empeño, de la misma manera que lo han hecho las anteriores juntas directivas y todos los socios. Estamos muy vivos y siempre al acecho y vigilancia de esa idea original para hacerla nuestra y que sea el motor para otro medio siglo.
Para mí ha sido un placer aportar mi granito de arena durante estos casi ocho años como presidente. No he estado rodeado de directivos ni de empleados, sino de grandes personas y colaboradores, y juntos hemos logrado este presente que perdurará.